Me complace y mucho (mucho!) anunciar que estoy felizmente seleccionada para un gran certamen artístico en el que siempre había querido participar: INCUBARTE
Este evento se celebrará del 21 al 24 de Noviembre en Valencia (España).
Hay varios espacios expositivos y aún no sé en cuál estará expuesta mi obra, pero les informaré puntualmente.
Lo que he presentado es el cuadro más grande que he pintado hasta ahora. Grande: 190x130cm. Reproduce un suelo del edificio situado en la Calle Progreso, 159, en el barrio del Cabañal. Valencia. Conocí esta casa, creo que era un colegio o lo había sido, gracias a una edición de TENDERETE, el festival de autoedición gráfica y sonora.
Hice un estudio sobre este suelo que pueden ver en entradas anteriores. Sin embargo, para no frenar el impacto y generar expectación, por supuesto, he decidido no publicar ninguna imagen hasta que el evento tenga lugar.
Sólo puedo decir: a mi gato le ha gustado tanto que mientras pintaba quiso beber del vaso para limpiar los pinceles.
Pero debo reconocer que he disfrutado realizando esta serie, Mis Pequeños. He pintado 9 cuadros en apenas 2 semanas. Lo nunca visto. Me sonrío sin querer cuando lo pienso. 9 cuadros. Pues aquí los tienen. Ninguno mide más de 18 cm). Mi padre ha colaborado en la realización de los marquitos, que forman parte de la propia obra y son indivisibles. Están hechos a mano y cuando abrí la caja en que llegaron, mi estudio se perfumó con el arcaico aroma de la cera virgen con la que suele barnizar y pulir todas las cosas que le importan. Un perfume que perdurará mucho tiempo.
Está previsto que estos cuadros formen parte de una exposición en septiembre-octubre en Valencia, aún están por confirmar algunos detalles. Tenemos todo el verano por delante. Mientras tanto, aquí pueden verlos de lejos.
Calle Puerto Rico. Valencia. Acrílico. Marco a mano en madera de cerezo.
Calle la paz. Valencia. Acrñilico. Marco a mano en madera de cerezo.
Calle Governador Vell. Valencia. Acrílico. Marco a mano en madera de cerezo.
Calle Pintor Salvador Abril. Valencia. Acrílico. Marco a mano en madera de cerezo.
Plaza Mare de Due de La Pau. Fachada. Valencia. Acrílico. Marco a mano en madera de cerezo.
Calle Navellos, 17. Salón. Valencia. Acrílico. Marco a mano en madera de cerezo
Calle Governador Vell. Valencia. Acrílico. Marco a mano en madera de cerezo
Guillem de Castro. Valencia. Marco a mano en madera de pino.
Empecé este proyecto en 2009, el mismo año que MARIAL realizaba el suyo relacionado con suelo hidráulico que ha ganado premios por doquier, con todo el mérito.
Lo descubro ahora, esta semana. Las dos funcionando en la misma ciudad, sobre el mismo tema, en el mismo año, sin saber la existencia la una de la otra.
Lo comparto con ustedes con todo gusto, por que es muy bueno y exhaustivo, por que es otra línea de investigación formal sobre el diseño antiguo de baldosa hidráulica, esta vez, creando una fantástica tipografía.
Pueden visitar su web haciendo click en la imagen donde, además, podrán ver otras cosas bonitas como en el apartado POR AMOR, que se ha convertido en un favorito por que junta dos cosas que me fascinan por igual: el mensaje contemporáneo y las labores. Bravo y brava.
Mi corazón. Tu casa. Calle Cuba, 3. 3er piso. Valencia
Mi corazón. Tu casa. Calle Sevilla 10 3er piso. Valencia.
Mi corazón. Tu casa. Calle Serranos, 16. Valencia.
Mi corazón. Tu casa. Tabernes Blanques. Valencia.
Mi corazón. Tu casa. Calle Colon, 24- Alboraya. Valencia.
Siguiendo en la línea de sentimentalismo que siguen últimamente los post de este blog vengo a hablarles de mi último proyecto no-pictórico que he llamado MI CORAZÓN. TU CASA.
Pretendo sacar una de estas series fotográficas al año en parte para reconocer el valor de las casas y de los suelos que utilizo en mis composiciones. Desde aquí, además, doy las gracias a las personas que me envían imágenes de sus hogares, o las que directamente me invitan a pasar y compartir su espacio para hacer el registro de los diseños de sus baldosas. Quiero recordar que este, además de ser un proyecto formal-artístico-estético, pretende hacer un archivo, más o menos exhaustivo de los diseños que se utilizaron entre 1850 hasta 1950 (aprox).
En cada imagen se pueden ver más de una de las habitaciones de la vivienda, haciendo un recorrido también por la vida cotidiana o la intimidad que supone entrar en el hogar de alguien. Pueden entreverse muebles, personas, plantas… Es una manera de ver casi toda la casa en una sola fotografía, como un recorrido fantasma.
Tengo previsto presentarlas oficialmente en Septiembre, aunque las postales ya están a la venta en varios puntos de Valencia (España).
El pack está realizado y diseñado por Geométrica Doméstica. En su interior encontrarán las 5 postales que corresponden a las siguientes localizaciones reales, todas en Valencia (España):
Calle Cuba, 3.
Calle Sevilla, 10.
Calle Serranos, 24.
Calle Colón, 20. Alboraia.
Localización en Tabernes Blanques.
El precio es de 5 euros y no se venden por separado.
Si usted quiere adquirirlas a través de esta web, contacte conmigo y le atenderé personalmente.
Tiendas interesadas en convertirse en puntos de venta de esta eXclusiva serie, envíen un mail a geometricadomestica@gmail.com.
Pintar, como escribir, dibujar, hacer música o cualquier otra disciplina, sobretodo artística, es profundamente onanista. Es decir, que el artista lo hace para mayor gloria de su ego, por decirlo finamente. Así se ha construido lenta y felizmente la posición del creador (no confundir con el Creador) a través de los siglos, desde aquellos que pintaban por obligación para un Señor.
El arte desligado del mensaje o del patrón que lo paga ha supuesto un camino largo, interesante de comentar en otro post. El Arte como tema de conversación es un terreno tremendamente fertilizado. Pero no quiero hablar de Historia si no de motivación.
Pintar, para mí, es un acto placentero. Mucho. Tanto como cualquier necesidad a nivel animal que puedan estar pensando. Tocar el color, mezclarlo, crearlo, distorsionarlo. Distribuir el peso de cada uno en la imagen, extenderlos sobre la superficie. Conocer la reacción de los materiales, la relación entre el soporte y la pintura. Es así de físico. Así se va formando la imagen que quiero ver. Ya he dicho en otras ocasiones que pintar es lo único que puedo controlar en mi vida. Los factores de riesgo que intervienen son mínimos y casi todos inertes: luz, pigmento, absorción (de la pintura por parte del soporte) y el pintor. Eso es lo que me produce tal sensación de plenitud, el hecho de que sea cual sea el resultado, será íntegramente mío. Tanto si tengo éxito como si fallo en mi objetivo. Cada cuadro es un ejercicio, es subir una montaña y llegar a la cima y poner los brazos en jarras. A veces es el Everest, a veces una colina en un vertedero.
Así es Geométrica Doméstica: formal, un estudio costante, un ejercicio necesario. Distancia entre el espectador y el lienzo. Distancia entre el artista y el espectador. Opacidad. La opacidad que oculta todos los sentimientos y emociones que me llevan a pintar ese suelo y no otro; esa composición y no otra. Qué es lo que quiero decir. De qué habla Geométrica Doméstica. ¿Podrá alguien llegar a emocionarse con una de mis piezas tanto como para asimilarla como parte de sí, como una canción, como un tatuaje?
Ese es mi objetivo cuando pinto algo concreto para una persona que amo. Cuando alguien desconocido adquiere una de misobras es un acto de amor diferente pero igual, quiero emocionar a esa persona. Hacer que ese motivo que mira sea suyo. Hacerle un retrato. Inducir al sosiego, o a la lucha, o a cualquier tipo de espiritualidad derivada. Somos Gestalt, supongo.
A veces duelen.
Este cuadro lo pinté para una persona que lo dejó abandonado, como nuestra amistad. Hace unos años de eso. Pero el cuadro seguía en el lugar equivocado. Un lugar doloroso que me recordaba cada vez la pérdida, la enfermedad, el rechazo. Me sentí realmente aliviada cuando lo ví, empaquetado, marcharse a Nueva York. De la mano de alguien que sí lo valoraba y que era totalmente ajena a cualquiera de las circunstancias que dotaron al cuadro de tristeza. Eso me hace un poquito más feliz.
Hoy mi mejor amiga de mi adolescencia ha recibido el cuadro que he pintado para ella y sólo para ella. Estoy tan contenta de que le haya gustado. Estoy feliz de que algo mío forme parte de su hogar, de su intimidad.
calle puerto rico 28. Valencia. Baño.
Quiero que mi amiga sepa que por ella me he enfrentado al color que más miedo me da pintar, que es el verde. Lo he descubierto esta semana. Nunca pinto cuadros que tengan una dominante en verde. No me gusta mezclarlo y no sé cómo funciona. Puede que incluso sea un defecto físico-ocular-mental por que encuentro la comodidad máxima en los rojos de cualquier tonalidad. Pero me enamora este suelo, que está rescatado y muy bien conservado, y se lo regalo a ella, que es luminosa y valiente. Y como ella es así, así quiero ser pintando para ella: luminosa en blanco y valiente con los verdes. Bella en los fucsias.
Así es la superemotividad en el Arte. Algo que sigo creyendo muy sobrevalorado. Pero aún así, he pensado que ella, igual que muchos otros, se habrá preguntado qué pensaba yo cuando pintaba esa pieza. Pues ya lo saben. Ella y todos.
No es la mejor foto del año pero es la única que tengo del suelo que sirvió de inspiración para realizar los cuadros que actualmente decoran un pequeño hueco de la Second Hand and Freak Shop MADAME MIM.
Lo encontré en un piso casi abandonado en la Calle Governador Vell, Valencia. No recuerdo el número.